miércoles, 20 de julio de 2011

Animales en el cine

TRISTE FINAL DE ANIMALES FAMOSOS DEL CINE

Bob Barker

"‘No vayas a verlas, dice la veterana estrella de The Price is Right. No vayas a ver películas que tengan animales porque si lo haces, estás subsidiando la crueldad contra los animales.
‘No puedes aceptarlo. … Cuando ves animales en las películas, los están poniendo en peligro”
[Nicholas Read, Vancouver Sun]

"Me hice vegetariano debido a mi preocupación por los animales, pero pronto aprendí a apreciar los muchos beneficios a la salud derivados de recetas como las que encontrarás en The Compassionate Cook"
[The Compassionate Cook, un libro de cocina vegana de PETA]

TRISTE FINAL DE ANIMALES FAMOSOS DEL CINE

Para un solo Babe en pantalla se sacrificaron 48 cerditos. Anteriormente, para Chatrán, murieron alrededor de 65 gatos.

Los animales famosos en la historia de las películas y la televisión, desde la perra collie Lassie hasta el chanchito Babe, fueron simpáticos y felices en la pantalla, pero ese destino la mayor parte de las veces no se reflejó en la realidad. En el caso de Babe, pocos saben que 48 cerditos fueron sacrificados para realizar el largometraje, porque los engordaban tan rápidamente que muy pronto ya no quedaban en condiciones de satisfacer las exigencias de su papel.

Durante la filmación de la segunda parte, cuando Babe va a la ciudad, unos 799 animales poblaban la escena el primer día de trabajo, entre ovejas, monos, ratones y un verdadero ejército de perros y gatos vagabundos.

Chatrán, el gato de la famosa película, en realidad es el resultado de haber empleado 65 gatos distintos que iban muriendo en el rodaje.

El diario «La Stampa», de Turín, recordó recientemente otros casos tristes, como el de Akili, la elefanta muerta aparentemente sin explicación durante la filmación de un telefilm, el año pasado.

Akili tuvo que subir sobre una rampa, algo que había practicado varias veces con su instructor. Pero una vez que subió, no supo cómo bajar, le dio miedo y murió de un ataque. Otro caso célebre es el de Leo, el león de la Metro Goldwyn Mayer, que había aprendido a rugir comandado por el primer instructor de animales de Hollywood, Volney Phifer.

Cuando se hizo viejo, terminó en un mísero hospicio para animales, manejado justamente por su ex domador, que así buscó redimirse del trabajo realizado durante años. «La Stampa» recordó también que allí terminó sus días Chita, la mona de Tarzán, que descansa bajo una lápida sin nombre en el pequeño cementerio ubicado detrás del hospicio.

Descansa en cambio en su natal Francia Rin Tin Tin, el famoso ovejero de la Warner Bros obligado a filmar 25 películas en menos de diez años. Lo mismo que Lassie, que en realidad se llamaba Pal y era un macho: cada vez que filmaba, el perro debía usar una bolsita de falso pelo que ocultaba sus genitales. Flipper, el famoso delfín de la serie televisiva, era en realidad una hembra, que murió de agotamiento en los brazos de su entrenador, Richard O’Barry, quien desde ese día se dedicó a defender la causa de estos animales.

El ex domador de Flipper reveló que la única manera de trabajar con un
delfín es hacerle pasar hambre: de ese modo se vuelve dócil y cumple las
órdenes que se le piden. Pero un día, Flipper decidió no comer más y
simplemente se dejó morir de hambre.

Quien sí volvió a su casa es Keiko, la orca de «Liberen a Willy», aunque
hay quienes dicen que es difícil que pueda readaptarse a la vida natural.

Otro arrepentido del mundo de los entrenadores es Pat Derby, que un día dejó su profesión -ganaba 1.000 dólares diarios en los años ’60- y contó en un libro muchos episodios de crueldad sufridos por animales usados en el cine y la televisión.

Gracias a sus denuncias y a las de otros activistas, en Estados Unidos existen varias asociaciones -la más famosa es la American Humane Association- que vigilan las filmaciones y tienen derecho a intervenir en
los guiones e inspeccionar los lugares de rodaje.

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