Cada año por estas fechas los cachorros de perros se convierten en el regalo perfecto para muchos padres que colman así el capricho de sus hijos. Pero no siempre su procedencia es legal ni siempre la relación entre animal y dueño termina con final feliz. Para tratar de controlar el tráfico de animales, por un lado, y para intentar concienciar a la sociedad, por otro, el Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona) de la Guardia Civil ha inspeccionado en los días previos al inicio de la Navidad algunas tiendas de venta de mascotas para detectar posibles irregularidades en su comercialización.
Ayer, sin ir más lejos, este periódico pudo comprobar cómo dos agentes del Instituto Armado registraron un establecimiento de animales en Marbella para comprobar si tenía toda la documentación en regla, no sólo sobre el local, sino sobre la procedencia de los animales que tenía a la venta. El Seprona solicitó a la dependienta de la tienda diversa documentación, como el núcleo zoológico del que eran originarias las especies que ofrecía a los clientes o la licencia de apertura. La dueña de la tienda, que prefirió mantener su identidad en el anonimato, confirmó que los agentes pasan dos veces como mínimo al año para supervisar la documentación de los animales, aunque este periódico pudo saber que en esta ocasión se trata de una serie de inspecciones con motivo del aumento de la venta de animales en Navidad.
La venta de mascotas como regalo en estas fechas es algo que no entra en la cabeza de aquellos que se dedican a cuidar a las que son abandonadas. Es el caso de la presidenta de la Sociedad Protectora de Animales de Málaga, Carmen Manzano, que aseguró que la consecuencia de los regalos de perros en Navidad suele tener su reflejo a partir de marzo o abril del año siguiente cuando empiezan los abandonos porque "el cachorro ha crecido, hay que sacarlo más, supone un gasto el llevarlo al veterinario para poner las correspondientes vacunas y como se cansan lo dejan y ya está".
Pero la responsable de este colectivo, que alberga a más de 600 de animales abandonados y que se encuentra al límite de sus posibilidades por la falta de recursos, quiso lanzar un mensaje a los ciudadanos para que sean conscientes de que "no están comprando ni un peluche ni un tamagochique luego se pueda devolver cuando te canses". De hecho, advirtió que antes de comprar o adoptar una mascota la gente debería tener en cuenta que un perro suele durar entre 10 y 12 años y que los gatos pueden llegar a vivir hasta 16 años. Los colectivos en defensa de los animales coinciden en que, además de la concienciación de los dueños, las medidas para evitar los abandonos masivos en estas fechas pasan también por el control de los criaderos de perros ilegales y evitar así su venta.
La Navidad es la época en la que más animales se compran como regalos, mientras que durante las vacaciones de verano es cuando más abandonos se producen por la imposibilidad de cuidarlos.
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