La empresa de harinas y grasas animales en la que apareció ADN de perros
llegó a comerciar con 42 firmas de toda España y del extranjero. Estas
adquirirían subproductos animales en la nave de Salamanca en la que,
según destapó el Seprona de Vigo, se estaban gestionando restos de especies cuya única salida debe ser la eliminación.
Los compradores están salpicados por Galicia
(donde hay dos casos), Murcia, Valencia, Barcelona, Toledo, Castellón,
Cartagena, Zaragoza, Salamanca, Ciudad Real, Valladolid, Segovia y
Cáceres, e incluso llegaron a alcanzar a firmas situadas en Portugal y
Holanda. Además, buena parte de los negocios tienen presencia
internacional y algunos figuran entre los más destacados del sector de
la alimentación animal.
La mayoría de las empresas están dedicadas a la
creación de piensos animales y a la producción agrícola de especies que
luego se dedican al consumo humano. Además existen algunas de
fabricación de aceites industriales, productos químicos y varios casos
de firmas que comercializan alimentos para mascotas.
Desde la empresa de Fernando Corral e Hijos
declinaron dar explicaciones sobre este caso. La firma es objeto de
polémica desde hace años en su ubicación en Salamanca, donde se
produjeron denuncias de los vecinos de la zona por olores y molestias.
Hasta el momento existen más de once personas implicadas
en la trama, pero no se descarta que en las próximas semanas se amplíe
el círculo, que salpica a empresas de Vigo, Lugo, Salceda de Caselas y
Tomiño, entre otros puntos.
Precedentes
Desde la protectora de animales de Cambados
recordaron que la investigación se inició «hace años» a raíz de las
irregularidades detectadas en incineraciones de animales en la comarca
del Val Miñor. «Hay varias empresas que tienen convenios con
ayuntamientos y que están vinculadas», explica la responsable, que
recuerda que interpusieron numerosas denuncias ante la Xunta. Desde la Consellería de Medio Ambiente aseguran que en Galicia «se sigue un minucioso plan de inspeccións e seguimento para que se cumpran todos os requisitos». Además, también recuerdan que existe la planta de Gesuga, en Cerceda, «unha mostra nacional de bioseguridade e hixiene».
Sin embargo, apuntan desde la protectora, «no tiene sentido que la
única empresa que gestionaba residuos de categoría 1 no los quisiera
llevar a la plataforma incineradora de Galicia. Alegaban que era más
barato llevarlos a Salamanca y ahora se ve por qué».
La aparición en el mes de febrero del año pasado de una fosa común con cientos de cadáveres de perros
puso sobre la pista al Seprona. Tras la intervención de la Guardia
Civil, resultaron imputadas varias personas por supuestos delitos contra
los recursos naturales y el medio ambiente y falsedad documental y de
certificados. Los investigadores probaron que un establecimiento de
recogida de animales abandonados procedía a la eliminación de los
cadáveres enterrándolos bajo tierra, pero justificando documentalmente
su correcta gestión mediante informes y certificaciones facultativas
falsas y documentos comerciales de entrega de los mismos igualmente
falsos.
El Seprona siguió las investigaciones para
terminar comprobando las mismas irregularidades en la gestión de
cadáveres de animales que acaban en clínicas veterinarias, perreras o
centros de equitación, entre otros. El lucro consistiría en el ahorro de los costes de transporte de los cuerpos hasta la planta incineradora. Se cree que hay miles de cadáveres enterrados en lugares apartados
y que por descontrol y falta de rigor en la clasificación se hayan
mezclado con otros restos animales enviados a plantas de transformación
para hacer piensos.
Implicados
La última actuación llevada a cabo ha sido la
detención la semana pasada de Eutimio F.C., administrador único de la
planta de transformación de Salamanca donde detectaron restos de ADN de
perro en grasas destinadas a la elaboración de piensos para alimentación
animal. Este empresario tenía relaciones comerciales en Galicia con
otros imputados en esta operación como, por ejemplo, Jacinto A..,
gerente de la planta intermedia de almacenamiento de subproductos
válidos para hacer piensos ubicada en Monforte de Lemos. Los agentes
detectaron en las instalaciones un vehículo en el que se transportaban
restos animales aptos para volver a la cadena alimentaria, junto con
otros subproductos cuyo único destino legal debería ser la incineración,
pero cuya trazabilidad no estaba acreditada.
Según la investigación, este empresario se
responsabilizó de la nave clandestina del municipio de As Neves donde en
mayo del año pasado el Seprona descubrió más de 15 toneladas de
cadáveres de animales almacenados. Hasta allí llegaron también restos
animales procedentes de la única planta intermedia de almacenamiento de
cadáveres de animales de Pontevedra, cuyo titular es el también
implicado Ramón M.B.
La Guardia Civil también ha vinculado a la red a
Sebastián E.A., responsable de una residencia canina de Salceda de
Caselas, en cuyas instalaciones se hallaron vehículos cargados con
cadáveres de animales para la planta de Salamanca. En la trama también
aparece vinculada una empresa de transporte a nombre de Luis V.?H. y
algunos conductores de camión. La Guardia Civil cree que actuaban en
connivencia para retirar cadáveres de mascotas y otros animales
domésticos que no acababan incinerados. Los investigadores tienen el
convencimiento de que al menos a una parte de estos subproductos se les
estaba dando un destino diferente con el consiguiente riesgo para la
salud pública y el medio ambiente.
http://www.lavozdegalicia.es/noticia/galicia/2013/01/31/firma-piensos-adn-perro-comercio-40-empresas/0003_201301G31P6991.htm
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