Las peleas de perros son una realidad en Madrid. Cada año se encuentran múltiples casos de perros, vivos o muertos, con evidentes signos de haber participado en este tipo de actos (mordeduras, cicatrices...), sin embargo, apenas hay detenidos o denuncias debido, principalmente, a la dejación de las administraciones, que no investigan lo suficiente, según denuncian asociaciones ecologistas y de defensa animal a 20minutos.
Lo más común es encontrarse con canes heridos o fallecidos y con señales evidentes de haber participado en una pelea. Pero estos casos raramente se investigan "ya que no hay iniciativa por parte de las autoridades para luchar contra esta gente. Como no se denuncia parece que no existe, y no es así", explica Javier Moreno, portavoz de Igualdad Animal."Hace falta un protocolo para actuar en este tipo de casos", denuncia también Arancha Sanz, abogada de la Sociedad Protectora de Animales y Plantas de Madrid (SPAP). "No hay ni siquiera un registro unificado, aunque a nosotros nos llegan decenas llamadas al mes denunciando casos de así. Los infractores actúan en la más absoluta impunidad, porque a nadie de la administración le importa que esto ocurra", puntualiza la letrada.
Los combates se suelen organizar en descampados y zonas industriales de Carabanchel, Moratalaz o Vallecas donde se abandona a los perros heridos de gravedad o fallecidos. Los sitios más famosos son Los Berrocales (Vallecas) o el frontón del Camino de Perales en el barrio de San Fermín (Usera), siempre cerca de poblados chabolistas o de áreas marginales. Los apostantes pueden ganar entre 300 y 600 euros por combate y normalmente son organizados por clanes de etnia gitana (sobre todo de Valdemingómez) que se dedican a la cría de perros de presa.
El entrenamiento de este tipo de caes comienza a los tres meses de edad y su objetivo es fomentar su agresividad. Se les hace morder correas mientras se les cuelga para que fortalezcan la mandíbula. También se les golpea con palos para endurecer la piel. Además, se les acostumbra a las peleas lanzádoles contra sparrings de menor tamaño (con el objetivo de que adquieran confianza) y hasta se les somete a ayunos e inyecciones de droga para aumentar su rabia. Nunca se les suelta, a no ser que acaben malheridos.
En el Centro de Protección de Animal de Carabanchel aseguran que cada año les llegan unos ocho casos de perros con señales de haber participado en una pelea en la capital, aunque el número puede ser mucho mayor, ya que estos animales llegan siempre en mal estado, pero vivos. "Nos los suelen remitir la Policía o la Guardia Civil que investiga estos asuntos. Cuando se encuentra un cadáver, lo habitual es que se haga cargo el Servicio de Recogida de Animales del Ayuntamiento, que forma parte del sistema de limpieza de la ciudad", explica Marisa Conti, jefa veterinaria del centro.
El último ejemplo de este tipo de casos ocurrió a principios de enero en Moratalaz, donde los vecinos estuvieron dos días llamando a la Policía Local y al Ayuntamiento para que se hicieran cargo del cadáver de un american staffordshire terrier (una raza de can muy similar al pit bull) fallecido, al parecer, durante una pelea. Fue hallado el 31 de diciembre en un descampado entre las calles Doctor García Tapia y Arroyo de la Media Legua, muy cerca de una zona marginal en la que se sabe que se organizan combates. "Tuvimos que llamar a la Policía Nacional para que se hicieran cargo. Fueron ellos los que insistieron al Consistorio para que vinieran, pues no era su jurisdicción. Lo sorprendente es que pretendían que se hiciera cargo el servicio de recogida de basuras y nada más, sin autopsia ni investigación", afirman desde Spap.
Endurecimiento de la ley
En España, las penas para castigar el maltrato de animales se endurecieron hace tres años con una reforma en el Código Penal. Ahora la nueva normativa contempla penas de tres meses a un año de prisión para el que maltrate un animal doméstico o amansado "causándole la muerte o lesiones que menoscaben gravemente su salud", tal y como se lee en el artículo 337 del Código Penal.
Sin embargo, a la hora de buscar responsables, esta normativa demuestra no ser eficaz en los casos de peleas de perros, a la vista de los datos. En 2012 (últimos estudios oficiales disponibles) la Guardia Civil detuvo en toda España a 19 personas e imputó a otras 112 por maltrato animal. En 2011 se cursaron 12.522 denuncias (199 por materia penal), que permitieron la detención o imputación 23 personas. De todas estas denuncias, solo una hacía mención expresa a peleas de canes, y acabó sin detenidos.
"Es cierto que en España se denuncian poco los casos de maltrato animal. Se denuncian poco y se denuncian mal", explica un portavoz del Observatorio de Justicia y Defensa Animal. Aparte de la dificultad de arrestar a las personas que organizan estas peleas (ya que las detenciones solo se puede llevar a cabo si se les localiza in fraganti), el problema está en el miedo que provocan entre testigos y posibles denunciantes, ya que suelen ser individuos muy peligrosos y asociados con bandas criminales, según las asociaciones protectoras de animales.
Para controlar estas peleas también está la licencia y el seguro de razas peligrosas. Pero esta normativa no actúa contra los dueños que maltratan a sus mascotas, ya que los participantes de peleas de perros roban a estos animales de las protectoras o los adquieren a través del mercado negro, y raramente los inscriben como razas peligrosas.
Fuente: http://www.20minutos.es/noticia/2024831/0/cadaver-american-stanford/peleas-de-perros/madrid/
No hay comentarios:
Publicar un comentario