Primero fue el refugio de animales de Cambados, a
través del que Olga Costa nos fue acostumbrando poco a poco en la
necesidad de respetar a nuestros amigos peludos. Lo consiguió, tanto,
que al menos en Cambados, «el número de abandonos descendió un 70 %»,
recuerda orgullosa la presidenta de la Protectora de Animales. Luego
fueron las terapias que se empezaron a poner en práctica con las
mascotas del refugio que se adaptaban a esas necesidades, y así fue cómo
entendimos que eran algo más que animales de compañía y que podían
llegar a ser muy beneficiosos con los colectivos que más lo necesitan,
los ancianos y los niños con algún tipo de dificultad. Ahora, Olga Costa
nos da otras tres lecciones; la primera, que no hay barreras cuando uno
cree que en sus objetivos; la segunda, que también los caballos tienen
propiedades terapéuticas, y la tercera, que el respeto a los demás, sean
o no humanos, tiene que ir intrínseco a la condición de persona. Todo
ello lo logró ayer en una presentación muy especial, un nuevo espacio
creado cerca del refugio no solo para poner en práctica estas sesiones
de convivencia, sino para aprender que la flora y la fauna forman parte
de nosotros mismos. «Queremos que esto sea un refugio para las aves,
para los animales, y luego estamos los humanos, que también pasamos por
aquí». Mejor explicado, imposible.
El reto
Todo esto nació de un reto, el que se puso la
protectora cuando hace unos meses se enteraron de que dos caballos que
sus dueños no podían cuidar, iban a ser sacrificados. «Nos planteamos
acogerlos, pero no era fácil, porque nunca habíamos tenido caballos y
tampoco teníamos espacio para ellos en el refugio, donde ya no cabe ni
un gato más». Pero fiel a su principio de evitar un sacrificio siempre
que sea posible, se decidieron a adoptarlos cuando consiguieron un lugar
apropiado. «Muchos vecinos nos ofrecieron fincas, por eso le estamos
muy agradecidos al pueblo de Cambados, pero la que nos dejó la familia
Gil Armada se ajustaba a lo que necesitábamos». Y fue así cómo, en un
paraje envidiable entre viñedos, y con la ayuda inestimable de Daimer,
se construyó una cuadra y un ruedo, todo con materiales naturales.
Daimer fue el que se encargó de mimar y alimentar a los caballos, que
habían llegado en unas condiciones deplorables. Hoy, el equino Pose y la
yegua Jara están irreconocibles. «Lo peor es que Daimer, que es de
Venezuela, si no encuentra pronto trabajo se va a tener que ir, y sería
una pérdida muy grande».
La terapia
Recuperados los animales, que viven sueltos y
felices en un espacio único, el siguiente objetivo fue prepararlos para
las terapias, una actividad que la protectora lleva a cabo con varios
perros que se ajustan a ese perfil, entre ellos, uno de raza peligrosa
que era propiedad de la pareja conocida como Bonnie and Clyde que puso
en jaque a las fuerzas del orden el año pasado, hasta que fueron
detenidos. «Para que se vea que no hay animales de razas peligrosas, hay
animales que están educados o no». El objetivo está en marcha, y por
eso ayer la protectora presentó en sociedad lo que se podría llamar su
nuevo refugio, que esta vez lo es también para las personas. «Es una
sensación muy especial; esta es una zona protegida para las aves, por
eso de lo que se trata es de respetar la flora y la fauna, y de paso,
respetarnos nosotros mismos».
Abierto al público
Ayer por la mañana se acercó al lugar un grupo de
niños con síndrome autista, para pasar un rato jugando y acariciando a
los perros y a los caballos. Pero no serán los únicos, porque a partir
de ahora, la protectora recibirá a grupos, ya sea de campamentos o
asociaciones, ya sean particulares interesados en este original
proyecto, que pueden concertar cita para colaborar en las tareas de
cuidado de los caballos, para montarlos, para pasear con los perros,
para disfrutar de la naturaleza y, en fin, para compartir, un verbo que
debería ser tendencia. «Aquí conviven pájaros, caballos, jabalíes y
hasta raposos, que ya vimos alguno». Ya concertaron cita desde el
campamento de O Grove que tiene 120 niños, y habrá más grupos. También
habrá talleres de biodiversidad que correrán a cargo de Santiago de
Laiglesia, profesor universitario que se estrenará con 34 niños de
Meaño, y en agosto se espera la llegada de un domador que trabajará con
Jara, con Pose y con todos los amigos que quieran acercarse por el
refugio. No se cobrará por estas actividades, aunque los que lo deseen
pueden hacer un donativo, ya que los gastos del refugio son muchos «y no
queremos cargar más sobre el Concello».
Agradecimientos
Olga Costa no cree que la consecución de este
reto sea solo mérito de la protectora, cree que lo es de todo Cambados.
Por eso a la presentación que tuvo lugar ayer invitó a todos los
partidos de la corporación -estuvo el teniente alcalde, Antonio
Iglesias, el portavoz del BNG, Víctor Caamaño y concejalas del PSOE-, a
los que dio las gracias por su apoyo, un logro que la entidad quiso
compartir con todos los vecinos del municipio.
Fuente: http://www.lavozdegalicia.es/noticia/arousa/2014/07/18/refugio-animales-sean-humanos/0003_201407A18C12992.htm
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