lunes, 20 de enero de 2014

Las perreras dan pienso a hogares pobres para evitar los abandonos

Las mascotas también están soportando los rigores de la crisis económica. Los refugios de animales de Vilagarcía y Cambados están alimentando a numerosos perros porque sus amos no tienen dinero para comprarles comida. Solo en Cambados son una docena los que están incluidos en esta lista, y más que habría si la protectora tuviera medios. «Estos es un sinvivir. Estamos viviendo a diario dramas impresionantes.
La gente no quiere abandonarlos pero no saben que hacer con ellos», explica la presidenta del refugio, Olga Costa. La mayoría de los afectados pretenden dejar allí al perro, y algún gato también. Pero en las jaulas ya no hay sitio para más de modo que la solución menos mala que le proporcionan desde la protectora es ayuda para alimentarlos. «Nuestros recursos son limitados y no podemos arreglarle el problema a todo el mundo. Llaman desde todas partes, el otro día desde A Coruña, y no podemos», se lamenta Olga Costa.
En esta tesitura toca priorizar y, aunque les resulte doloroso, hay muchos perros que se quedan sin su saco de pienso mensual. «Le decimos a la gente que acuda a sus ayuntamientos, pero nadie les ayuda. Nosotros estamos centrándonos más en los casos de la comarca». A once euros el saco de pienso, este reparto de comida le supone al refugio cambadés un desembolso mensual de unos cien euros, una cantidad que para su presupuesto es muy elevada dado que apenas tienen fondos para atender a los animales que cobijan en sus instalaciones.
Esterilizaciones gratis
No solo reparten pienso. También están esterilizando y desparasitando a estos animales que, aun viviendo en casa, carecen de estas atenciones por falta de medios económicos de sus propietarios. La factura del veterinario crece y las manos no llegan, de modo que los responsables del refugio se sienten impotentes.
El relato de los casos que atienden las protectoras es largo y demoledor y se hace más dramático cuando hay menores de por medio. «¿Qué ejemplo estamos dando a los niños dejando a estas familias sin ayuda y condenándolos a abandonar a los perros?», se pregunta Costa.
Según sus cálculos, el refugio solo está atendiendo un 30 % de las peticiones que llegan por la puerta.
Entre ellas, la de un chico que se quedó sin empleo y que tuvo que irse a vivir a casa de sus padres «donde no le querían los perros»; la de una mujer enferma, en paro y con un hijo que tenía cuatro perros a su cargo «a la que le cogimos tres y le dejamos uno para que el niño no sufriera tanto». Al final también tuvieron que coger el can de un vecino de Cambados que fue desahuciado y se encontró con que no tenía adonde llevar a su mascota. «Él no quería dejar el perro en el monte así que se lo cogimos», relata Olga Costa. «Y tuvimos un niño de nueve años que creció con el animal, y es muy triste tener que sacarle al perro, que estaba enfermo. Así que lo que estamos medicando nosotros porque en su casa no tienen dinero para el veterinario».
En la protectora siguen buscando alternativas para paliar la falta de medios. «Hay voluntarios que están poniendo dinero de su propio bolsillo para comprar comida». Así las cosas, van a volver a requerir la colaboración de los supermercados para que les permitan instalar carros de la compra en los que sus clientes puedan dejar comida y productos de limpieza, que también les hacen falta.
Y operaciones
En la asociación protectora de Vilagarcía no tienen un listado de hogares en los que reparten pienso pero sí se está dando el caso, inaudito hace un par de años, de que personas que acogen a los perros ahora sí se llevan comida del refugio «cuanto antes nadie lo hacía», según explican desde la protectora.
La falta de recursos no solo se nota en la alimentación. En Vilagarcía dejaron un pit bull a las puertas del refugio con la pata rota y entablillada para que lo recogieran y operaran, pues sus propietarios, según explicaron después cuando regresaron para recuperarlo, no tenían dinero para cuidarlo.
«Estamos viendo a diario dramas impresionantes. Lo peor es cuando hay niños por medio»
Olga Costa
 
 
 http://www.lavozdegalicia.es/noticia/arousa/2014/01/19/perreras-dan-pienso-hogares-pobres-evitar-abandonos/0003_201401A19C9991.htm

LOS PERROS DE MAIRENA

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Dos socios de la Sociedad Protectora de Animales y Plantas (SPAP) de Mairena de Aljarafe (Sevilla) grabaron un vídeo de sus instalaciones la pasada Navidad. Las imágenes han conmovido a miles de personas en un país que a veces se identifica con el toro de Osborne, símbolo de la infame tauromaquia. El testimonio gráfico es sobrecogedor: jaulas alfombradas de excrementos y orina, perros aterrorizados, sucios, enfermos o incluso muertos. Un verdadero campo de exterminio que recuerda los horrores de la Shoah. Muchos protestan cuando se establecen analogías entre la política de exterminio de los nazis y la violencia contra los animales, pero algunos supervivientes, como el escritor austriaco Fred Wander, que logró esquivar la muerte en Auschwitz y Buchenwald, han afirmado que los judíos, los gitanos, los polacos, los testigos de Jehová, los homosexuales, los prisioneros de guerra rusos, los discapacitados físicos y psíquicos, los comunistas, los exiliados españoles y otras víctimas, fueron triturados por un engranaje que copió los métodos de los mataderos industriales. Fred Wander se escandalizaba con el trato que recibían los animales en las zonas rurales del Mediodía francés. Perros atados a la intemperie, gatos hostigados a pedradas, corderos degollados, gallinas estabuladas. Escenas que se repetían en toda Europa y que cuestionaban el supuesto progreso moral de nuestra especie. “No sabemos nada realmente del amor –escribió Wander-, si no queremos a los animales”.
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Las imágenes de la Protectora de Mairena han inundado las redes sociales, logrando reunir 30.000 firmas en 24 horas. Las autoridades han intervenido ante la avalancha de protestas y la concentración de un grupo de personas alrededor de la Protectora, exigiendo una solución. Al parecer, han acudido 200 hombres y mujeres con la intención de alimentar y auxiliar a los perros. Esos 200 manifestantes nos han devuelto la dignidad y la esperanza, demostrando que el ser humano también es capaz de solidarizarse con el sufrimiento de los más débiles y vulnerables. Los animales no tienen derecho a la vida y a la libertad, afirmó hace tiempo Toni Canto, diputado de UPyD, avergonzándonos a todos los que hemos convivido con otras especies y sabemos que la ternura, la sensibilidad, la inteligencia o el humor no son privilegios del ser humano, tan necio, pomposo y arrogante. Me pregunto cuánto tiempo necesitaremos para descubrir que el especismo es tan abominable como el racismo, la xenofobia, el machismo o la esclavitud. Dian Fossey nació un 16 de enero y murió asesinada por cazadores furtivos el 26 de diciembre de 1985. Fue el primer humano que logró integrarse en una comunidad de gorilas de montaña, descubriendo que cada individuo poseía una personalidad diferente. No sólo eran capaces de jugar o manifestar afecto, sino que además establecían normas para neutralizar la agresividad y mantener la cohesión. De hecho, el grupo se desintegró cuando los furtivos mataron al macho dominante y ocupó su lugar un individuo caprichoso, violento e inmaduro. El asesino de Dian Fossey partió su cráneo por la mitad con una panga, el arma que se utilizó en el genocidio de Ruanda para matar a 800.000 tutsis y hutus moderados entre abril y junio de 1994. Conservó su cabeza como trofeo y la colgó en su vivienda, reproduciendo un comportamiento que muchos humanos consideran aceptable con otras especies.
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Corren muchos rumores sobre los perros de la Protectora de Mairena. Algunos afirman que casi todos han muerto. Otros hablan de perros rescatados. Al parecer, no se podrá hacer nada hasta que una orden judicial autorice la entrada en el recinto. Acaba de estrenarse Febrero, el miedo de los galgos, un documental de Irene Blánquez, que recrea las penalidades de los galgos al final de la temporada de caza, cuando al menos 50.000 son abandonados, ahorcados, apaleados, quemados o arrojados a un pozo para morir de sed y hambre. El problema no se agota en Mairena, sino que se extiende por la piel endurecida de un país aficionado a los toros, la caza, la matanza del cerdo o el abandono de las “mascotas” (un término odioso y mezquino), pretextando alergias, cambios de domicilio o el nacimiento de un hijo. Nada cambiará hasta que las familias y las escuelas inculquen en los niños y niñas el amor y el respeto hacia otras especies. Los perros de Mairena no son más desdichados que los animales de granja, olvidados y menospreciados. Los animales no son objetos de consumo. Son nuestros hermanos menores y, en muchos casos, nuestra familia, los que nos acompañan cuando otros se apartan de nuestro lado porque hemos envejecido, enfermado o perdido el trabajo. Algún día tendremos que reconocer todo lo que les debemos y lloraremos por el inexcusable dolor que hemos sembrado a nuestro paso.
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RAFAEL NARBONA
Las dos primeras fotos fueron realizadas por María Toral, que me ha autorizado amablemente su publicación.

 http://rafaelnarbona.es/?page_id=6286

Mártires de Mairena

El crematorio está encendido mientras escribo este artículo. El humo, que se eleva sobre la finca Peralta, donde se encuentra la "Protectora" de Animales de Mairena del Aljarafe, provincia de Sevilla, delata que los hornos llevan todo el día en funcionamiento. Es la perrera contra la que durante más de una década numerosas asociaciones de verdadera protección animal han interpuesto denuncias por las infernales condiciones en las que tienen allí a los animales. La misma perrera ante la que en los últimos días se han producido protestas, tras la difusión en las redes sociales de un vídeo, grabado el pasado 25 de diciembre, que muestra espantosas imágenes: perros de todos los tamaños hacinados entre excrementos y orines, sobre los que algunas perras recién paridas amamantan a sus cachorros, perros con heridas abiertas, con signos de enfermedad y desnutrición extrema, incluso cadáveres. El único veterinario contratado por la "Protectora" estaba de vacaciones.
No esperen hoy de mí ninguna corrección política. La justa para no llegar a través de este medio al insulto que merecen los responsables de esa "Protectora" de Animales y que merecen todos los responsables institucionales de ese horror. Los que durante más de una década lo han permitido y no han hecho ni puñetero caso a las denuncias. Ni los responsables de la "Protectora", ni los responsables municipales, ni los responsables de la Junta de Andalucía, ni el Seprona, ni los responsables de Medio Ambiente han hecho ni puñetero caso a esas reiteradas y dramáticas denuncias. Ni siquiera la sociedad en general ha hecho puñetero caso al clamor de las personas sensibilizadas, dolidas, agredidas por una situación que ha dado en conocer a la "Protectora" de Animales de Mairena como el Auschwitz español de los animales (el escritor judío Isaac Bashevis Singer, premio Nobel de Literatura que logró huir del exterminio nazi, advirtió: "En nuestro comportamiento hacia los animales, los seres humanos somos nazis. Para los animales es un eterno Treblinka").
¿Quiénes son los responsables de lo que sucede en Mairena? El primero, Pedro Luis Fernández Castillo, presidente de la "Protectora". Ese tipo, que siendo veterinario es capaz de dispensar tal trato a los animales, dirige esta perrera privada que tiene convenios de recogida de animales abandonados con un buen número de municipios de la comarca del Aljarafe, así como alguno más de Huelva y de Cádiz. La dirige con tal opacidad que ni siquiera es posible saber cuántos municipios son, más de 11 según diversas fuentes. Cada uno de esos ayuntamientos paga a la "Protectora" alrededor de 9.000 euros anuales por dicha cesión. Da igual el signo político, los hay y los ha habido del PP o del PSOE, cómplices iguales del (presunto –ya ven que me veo obligada a añadir esta palabra, pero los paréntesis no me los quita nadie-) maltrato y exterminio que los de Mairena han llevado a cabo.
En 2012 los ayuntamientos de Bormujos y de Mairena retiraron esa concesión a raíz de las denuncias recibidas. Pero Pedro Luis Fernández Castillo respondió con un comunicado que los acusó de difamación y amenazó con medidas judiciales. Mucha influencia debe de tener semejante veterinario para que los consistorios dieran marcha atrás y volvieran a cederle la recogida de animales (aparte de que no hay otro centro en la zona donde acogerlos, lo cual es también responsabilidad institucional). Mucha influencia, para denunciar impunemente a una socia que se atrevió a grabar con cámara oculta los horrores de la perrera, y a la que pide 200.000 euros de indemnización (el juicio se celebrará en 2014). Mucha influencia, para mantenerse durante 15 años en la presidencia de una "Protectora" cuya Junta Directiva no facilita el acceso a sus estatutos, no presenta cuentas e informes de gestión, no celebra la obligatoria asamblea anual de socios y en la que no se sustituyen cargos. Por no saber, no se sabe ni de cuántos incautos socios dispone la "Protectora", pues tampoco se facilita el acceso a sus bases de datos. Socios que pagan sus correspondientes cuotas.
El Ministerio del Interior debería investigar estas irregularidades societarias, que manchan además la imagen de tantas otras protectoras que se dejan la piel en su ingrata e imprescindible tarea de ayuda a los animales abandonados. Y la Junta de Andalucía debería tomar cartas en este sangrante asunto e investigar un lugar que ha sido objeto de tantas denuncias durante tanto tiempo. ¿Por qué no lo hacen? Raro es. Si nula es la transparencia de la gestión de la perrera de Mairena, muchas son las sospechas que se ciernen sobre ella: la (presunta) relación familiar de Fernández Castillo con altos cargos políticos y de la Guardia Civil; su también (presunta) relación con la plaza de toros de la Real Maestranza de Sevilla (todo encajaría, desde luego); su (presunta) connivencia con el propio Seprona, que se presenta en la perrera (presuntamente sin avisar) cada 4 o 6 meses y, qué casualidad, no encuentra ninguna irregularidad grave, salvo pequeñas infracciones. El día de las protestas, sin embargo, no tuvieron más remedio que imponer tres sanciones: una administrativa y dos de carácter higiénico-sanitario.
Pero no son los únicos responsables. La sociedad española en general y la sociedad andaluza en particular debería avergonzarse de que a la perrera de Mairena lleguen hasta 250 perros al mes. La mayoría de ellos en unas condiciones de abandono y maltrato bochornosos. Muchos de ellos procedentes de la caza. Muchos de ellos procedentes de galgueros que los revientan con su cruel actividad, y a los que, por cierto, la perrera de Mairena también es acusada de proveer de nuevos galgos. Los responsables son los políticos, pero también es la gente de los pueblos y las ciudades de Andalucía y de España que asiste a esta crueldad sin intervenir, sin exigir que su dinero no se destine a mantener esta ignominia o que las instituciones sirvan para algo más que robar, tapar culpas y ejercer la complicidad.
Lo innegable es que los animales son las víctimas inocentes de esta situación de extrema desprotección y de la falta de transparencia de Mairena. Y que los verdaderos protectores de los animales no pueden más. Por eso PACMA (que precisamente ha presentado esta semana unescalofriante dossier sobre la situación de los galgos en España) ha interpuesto una denuncia frente a la Fiscalía General de Medio Ambiente de la Junta de Andalucía por un presunto delito de maltrato animal, tipificado en el artículo 337 del Código Penal. Por eso su denuncia ha sido apoyada por la denuncia colectiva de 67 particulares, representados por Claudia Ferraro, responsable del refugio La Cañada de los Canes y dispuesta a dar la cara en una zona donde, cuando desaparezcan los medios, no tendrá la convivencia fácil. Por eso asociaciones como La Sonrisa Animal, La Voz Animal, Asanda o la Fundación Benjamin Mehnert han alzado un grito que no pueden reprimir más. No piden el cierre de la perrera de Mairena, sino el cambio de su dirección. Piden que los recursos, materiales y humanos, vayan para atender las necesidades de sus auténticos destinatarios, que son los perros y los gatos que acaban con sus tristes huesos allí. Piden un verdadero sistema de promoción de la adopción y no del exterminio. Piden una política de puertas abiertas a los socios y a cualquier persona interesada en los animales que son recogidos con el dinero municipal.
Miro a Pizca mientras termino de escribir este artículo. Es una de mis perras. Vino de la "Protectora" de Mairena porque la rescató del infierno mi hermana, Esther Toledano, que ha salvado a cientos de perros. Con la ayuda de otras personas voluntarias. Con su dinero y el de otras personas solidarias. Con su tiempo, su coraje y su corazón. Cumpliendo, con su nombre y su apellido, con la obligación de quienes no la cumplen y se esconden. Pizca vino en unas condiciones lamentables que le han dejado graves secuelas físicas. Ya es feliz, porque lo son todos los perros que reciben un poco del amor que dan y porque ha tenido la oportunidad de la vida digna que todos merecen. Pero no puedo evitar ahogarme pensando en el humo que hoy sale del crematorio de Mairena. El humo que es el rastro final de quienes no han tenido la oportunidad. El humo que podría haber sido Pizca (que podría haber sido Willy, que podría haber sido Tomasa…) si la hubieran condenado a morir con anectine, potente tóxico que genera parálisis muscular sin que se pierda la consciencia y una lenta asfixia hasta la muerte.
Dicen que en la perrera de Mairena se utiliza anectine para matar el exceso de perros. Que los matan aunque no sean enfermos terminales con ese método no eutanásico, como es obligatorio, pero mucho más barato. Su uso es un extremo sobre el que tampoco hay transparencia y sobre el que también tendrán que dar explicaciones los responsables. O, en su defecto, los responsables institucionales. Alguien tiene que responder por los mártires de Mairena. En el nombre de Owie, en el nombre de Nemo, que no sobrevivieron. En el nombre de tantos débiles que sucumbieron a la enfermedad causada por ese destino inmerecido. En el nombre de todos los perros y los gatos que han sido exterminados sin llegar a tener siquiera un nombre. Y en el de todas las personas de buena voluntad de esta España aún negra que ya no quiere más mártires de su atraso y del lucro de tantos sinvergüenzas, de tantos desalmados.

 http://www.eldiario.es/zonacritica/Martires-Mairena_6_219838021.html