viernes, 9 de septiembre de 2011
Muerte digna para la abuela de los osos cantábricos
La abuela osa se sentía vieja, muy vieja, y un día de este verano decidió que ya no merecía la pena seguir viviendo. 25 años eran demasiados para sus debilitados huesos. Desdentada, famélica, cegata, sola y deprimida, se tumbó bajo un viejo roble de la Montaña Palentina a la espera de esa muerte tranquila reservada tan sólo para unos pocos afortunados.
Pero llegaron los hombres, esos de los que toda la vida había estado huyendo, y en vez de aprovecharse de su invalidez para rematarla decidieron ayudarla.
“La Güela” no sintió el pinchazo del anestésico y cuando despertó el bosque se había transformado en refugio artificial. Tan artificial como esas papillas energéticas que en dos meses le han devuelto las ganas de vivir, aumentando sus apenas 53 kilos en los actuales 104 kilos.
Con muy buen criterio, los responsables de la Junta de Castilla y León han decidido que el viejo animal, ya recuperado, debe volver a sus bosques palentinos. Allí ha sido liberada la pasada semana, en la seguridad de que morirá pronto pues está concluyendo su ciclo vital.
Aguantará un otoño que viene cargado de hayucos, castañas, bellotas, avellanas, moras y setas, pero quizá muera cuando llegue el invierno y se recoja en una cueva para hibernar. Nacida libre, morirá libre y feliz en esas montañas donde sobreviven apenas 30 ejemplares de la muy amenazada subpoblación oriental de oso pardo cantábrico, muchos de ellos familia suya.
La vieja osa lleva un collar con GPS que permite seguirla 24 horas al día. Sus primeros movimientos fueron cansinos. Tras ser liberada se sentó varias horas bajo una mata de roble, pues la anciana necesitaba tiempo para recuperarse del viaje y de la anestesia. Pero después demostró su buena forma física caminando dos kilómetros hasta el robledal donde pasó su primera noche en libertad.
A partir de ahora el futuro es sólo suyo. Los técnicos seguirán sus pasos pero han decidido no volver a intervenir aunque esté muriéndose. ¿Te parece justo? A mí sí que me lo parece. Morir es ley de vida y la vieja osa afrontará el trance con valentía. Porque como decía Gandhi, “la muerte no es más que un sueño y un olvido”.
Fuente: http://blogs.20minutos.es/cronicaverde/2011/09/08/muerte-digna-para-la-abuela-de-los-osos-cantabricos/
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