martes, 1 de abril de 2014

Una segunda oportunidad para Macario

Lugar: Almere, Holanda
Fecha: 26 de marzo 2014
Macario fue arrebatado de los brazos de su madre a los cuatro meses. De Senegal fue llevado a Gran Canaria, donde fue vendido a una familia española. Mientras era pequeño, lo trataban como uno más: comía y dormía con la familia. Era fácil de controlar. El problema llegó al entrar en la edad madura, cuando aumentó su fuerza y temperamento. Le pusieron en una jaula y allí se quedó durante 23 años. En la más absoluta soledad. Gracias a la colaboración de FAADA, el Instituto Jane Goodall y la Fundación AAP, Macario fue rescatado y ahora vive en el Centro de Recuperación de la Fundación AAP en la localidad holandesa de Almere.

El único incentivo de Macario era comer. Una vez al día.  El resto de las horas las pasaba solo y aislado en su jaula. Para un animal como el chimpancé, tan social e inteligente, vivir en estas condiciones, sin ningún otro animal de su misma especie ni ningún estímulo del medio natural, es una tortura.

      
Instalación donde Macario se encontraba encerrado en Canarias.

Macario se encontraba totalmente solo y aislado.

Faada se lo encontró allí, solo y frustrado, balanceando continuamente su cabeza hacia delante y hacia atrás. Se decidió, pues, denunciar el caso y encontrar un lugar adecuado para él. La fundación AAP aceptó de buen grado acogerlo en su centro de recuperación, donde sería re-introducido en el grupo de chimpancés. A la espera del rescate, FAADA y el Instituto Jane Goodall asesoraron al propietario sobre cómo mejorar el mantenimiento y trato de Macario hasta que hubiera un sitio en la cuarentena del Centro APP. Macario fue rescatado el 16 de Diciembre de 2012. Por primera vez, se le ofrecía la posibilidad de vivir con otros eres de su misma especie y re-descubrir la naturalidad que le fue arrebatada.

La rehabilitación

Cuando Macario llegó al centro de Almere, pesaba 38 kg (un peso muy bajo en un chimpancé de su edad y tamaño) y se mostraba muy inseguro. Presentaba estereotipias varias (consecuencia de la cautividad), y la costumbre de regurgitar y volver a ingerir el alimento, comportamiento que reflejaba claramente que había sufrido por falta de alimento.

En AAP empezó su proceso de rehabilitación tanto física como mental. Tras siete meses en el centro, Macario ya se mostraba menos inseguro, menos obsesionado con la comida, más curioso y relajado. Lucía como un chimpancé de 50 kg, hermoso y sano. Una vez recuperado físicamente, Macario pudo salir por primera vez al exterior de su recinto y empezar su socialización con otros chimpancés. Primero se le juntó con Fritz, un macho viejo, amigable y socialmente muy experimentado. Al principio fue muy claro que Macario no tenía casi ninguna habilidad social, pero aprendió rápidamente los conceptos básicos de la conducta social de los chimpancés. Fritz y Macario jugaban juntos continuamente y se hacían grooming (o acicalamiento social: limpiar, desparasitar o cuidar de cualquier otra forma el cuerpo o la apariencia de otro individuo de su grupo).

Macario en las instalaciones de AAP.

Actualmente está con Koko, un chimpancé macho joven, y también lo llevan bien. Se está trabajando para introducir a Macario en el grupo de machos del centro. Todavía tiene mucho que aprender, pero va por buen camino. Sin embargo, aún le quedan pinceladas de su tiempo en cautividad en el comportamiento: a menudo se retira y se muestra menos social. Pero no es tan extraño. Con el tiempo y la convivencia, Macario mejorará.

Macario está sano y es feliz. Pasará el resto de su vida con otros chimpancés. Ha tenido una segunda oportunidad. Nunca más volverá a estar solo y encerrado.

Fotografía actual de Macario, ya recuperado luce como un sano chimpancé.

http://faada.org/noticia-626

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